5.10.2014

De como somos

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«Despues del té, Bennett y yo salimos a dar un paseo, pasamos junto a un pequeño pomar rebosante de manzanas y subimos la colina que daba sobre la ciudad, con los amistosos malamutes brincando a nuestro alrededor. Mientras caminábamos, me contó algo de su vida. No sabía si en su familia había alguien con el síndrome de Tourette; era hijo adoptivo. En él se había iniciado cuando tenía siete años. 'Cuando era niño. en Toronto llevaba gafas, aparatos en los dientes y encima tenía tics', dijo. 'Ése fue el golpe de gracia. Me mantenía a distancia. Me convertí en un tipo solitario: daba largos paseos yo solo. Nunca tuve amigos a quienes llamar por teléfono, como Mark: la diferencia entre nosotros es enorme.' Pero ser un solitario y dar largos paseos sin compañía le endureció, le convirtió en un hombre lleno de recursos le dio un sentido de independencia y autosuficiencia. Siempre tuvo habilidad manual y le gustaba saber cómo estaban hechas las cosas: la manera como se formaban las rocas, como crecían las plantas, como se movían los animales, incluso conocer cómo se equilibraban y se tensaban los músculos, reconocer toda la estructura del organismo humano. Muy pronto decidió que quería ser cirujano.»
Un atropólogo en Marte,  de Oliver Sacks.

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