En demasiadas en numerosas ocasións acaban por ser verquidos comentarios verbo das fallas do xornalismo, aínda que rara vez a opinión pública se solidariza coa causa, e menos se decata do complicado que resulta emitir folgas de periodistas ou reinvindicar mínimos dereitos laborais que afasten á profesión do precarísimo estado no que se atopa hoxe en día, e na nosa contorna.
Queremos liberdade de prensa para un xornalista lle poida preguntar catorce veces a un político que se nega a responder o preguntado como fixo Jeremy Paxman —aínda que fose para gañar tempo? Ou só queremos ser os primeiros en saber que pasou na praza do pobo esta mañá cando Rita paseaba ao can e caeu nun sumidoiro aberto?
No prólogo á edición española do libro Sistemas mediáticos comparados, de Paolo Mancini e David Hallin, os profesores María Trinid e Carlos Zeller realizan un comentario ilustrativo sobre esta presunta liberdade, considerada ademais coma unha quimera:
«Hay dos ejemplos que han tenido lugar recientemente y en contextos democráticos próximos que ilustran el debate sobre la libertad de información y comunicación al que aquí hacemos referencia. Uno se concreta en la polémica pública que se precipita tras la publicación (en el año 2005) de una tira gráfica que en clave de humor parodia (...) la religión basada en el Corán y, en concreto en el profeta Mahoma. (...) El otro ejemplo ha tenido lugar más recientemente aún (verano 2007) y en el contexto español (....) la polémica se precipita tras la reproducción de una imagen (...) de los [entonces] príncipes de España manteniendo relaciones sexuales y la inmediata medida judicial que imponía la retirada del medio impreso que era su soporte. Ambos ejemplos y el detalle pormenorizado del curso de los debates que se articula ponen de relieve que los límites normalizados de la elaboración y suministro de información a la que por derecho accede la población no sólo no están asentados con claridad, sino que más bien son tan imprecisos (...) que en gran medida las reacciones de polémica y debate tienen relación directa con el contexto social y democrático en el que se difunde la información o tipo de discurso o comunicación.»
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