La sangre de Cristo en una lata de CocaCola


Un via crucis delimitado por una sucesión de dulces conchas de vieira, ora de chocolate, ora de galleta; un limosnero que las presenta, un altar que las preside y un retablo que esconde una tarta de Santiago; todos elementos cuidadosamente tratados sobre madera y rodeados por un halo de luz casi mística. Son los elementos que forman Políptico. Un comentario sobre la puesta en valor del patrimonio, la reflexión de Enrique Lista (1977, Malpica de Bergantiños) sobre el triángulo que forman el patrimonio cultural, el patrimonio gastronómico y la industria del turismo.


De cómo convertir en 'líquido' lo simbólico; de la práctica que aplica criterios de rentabilidad reservados a la producción industrial en un intento de transformar entidades metafísicas en merchandising; del sfumato derivado que se produce entre las barreras que diferencian lo cultural de lo industrial, lo turístico de lo real; de la creación de un parque temático que disfrazan de viaje espiritual. Son algunas de las reflexiones que se pueden extraer de Políptico, una exposición comisariada por la licenciada e Bellas Artes y Humanidades, María Marco (1979, Vigo) y que fue el fruto de un máster en Museología y Crítica Contemporánea dependiente del CGAC. 



Vino de Misa en un garrafón
Con referencias implícitas, en forma y disposición, al trabajo de artistas como Rirkrit Tiravanija, Vik Muniz, o a los suizos Fischli & Weiss, esta muestra acogida en la Zona 'C', representa cínicamente la liturgia católica. Durante el día inaugural y tras los discursos protocolarios, el artista, después de haber revelado la imagen en el retablo de la tarta de Santiago (que había permanecido oculta durante el comienzo de la jornada), ofició una merienda cargada de ironía y reflexión al deleitar a los asistentes, no sólo con los dulces expuestos en forma de concha, si no también con un auténtico Vino de Misa que, mostró, se puede adquirir por 25 euros (cinco litros) en unos garrafones de plástico; un ejemplo que simboliza, a mi parecer, el contenedor industrial y comercial que guarda el sagrado y ascético líquido que moja las 'ostias'. Podría ser como la sangre de Cristo en una lata de CocaCola. Elemento a nivel micro que elevado a la enésima potencia se mimetiza con otro paquete comercial como es el Xacobeo.  La ciudad como sangre sagrada, el Xacobeo, como lata de CocaCola. 


Si bien éstas últimas son reflexiones propias, el artista Lista, que lleva una década compaginando las Bellas Artes con el diseño publicitario, también mencionó el Año Santo y las relaciones establecidas entre el patrimonio cultural y el turismo. No desmereció ni atacó a la industria turística como tal, mas consideró que en un intento de aplicar criterios de rentabilidad económica a bienes inmateriales (y materiales) podríamos crear una tónica que, con el paso del tiempo, perjudicaría la creación artística y la propia herencia cultural; un peso difícil de medir en oro, de no ser que se conviertan en la parte fundamental del espectáculo.



"Si llo pide o corpo"
Esta jornada gastronómica terminó en el recientemente inaugurado Kunsthalle,  en una reflexión y anecdotario del artista sobre la comida, su simbolismo y los mitos que la rodean. A destacar una de las frases de la abuela de Lista, cuyo permiso para reproducirla pido, y que por afinidad, que no por coherencia discursiva, menciono: al ser ella preguntada por la homosexualidad dijo "si llo pide o corpo" ["si se lo pide el cuerpo"]. Coja papel y lápiz y apunten.

Agradecimientos
No quiero rematar esta entrada sin agradecer a Paula Iglesias su colaboración como fotógrafa de CULTURADESEU, y la hospitalidad y amabilidad de María Marco y de Enrique Lista, de quien, en no mucho, tendréis más información en la red con la publicación de Plétora, una revista digital, editada por la comisaria de Políptico, que tendrá una entrada propia en este blog, y que se presentará en el Furancho de Arte Contemporánea el 1 de Junio.

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