'Amando' y odiando el arte


La relación entre el artista y sus creaciones está determinada por el binomio del amor-odio y por una lucha constante, de varios frentes, que requiere a veces el atrincheramiento. Es una dialéctica convulsa entre el autor y el lienzo en blanco. Entre el autor y SÍ mismo. Entre el autor, su obra y el espectador. Entre intereses ajenos a la creación, presiones, supervivencia, corrientes de creación y la vida cotidiana. El comer y el beber. Las frustraciones, complejos y desavenencias. Tener, por lo tanto, acceso a una exposición que repasa cuarenta años de la producción artística de una misma persona es una ventana abierta de par en par a la intimidad y devenir del artista en cuestión, es, en consecuencia, un reflejo personal del contexto de su creación. Una historia a la que podemos acceder en las instalaciones del Furancho de Arte Contemporánea de A Peregrina.


Desde las primeras exposiciones en 1976 en la olívica Praza da Princesa, con un grupo de artistas con los que compartió cartel pero del que fue excluido posteriormente por tener un trabajo no ligado a la creación artística, Amando González (Vigo, 1951) lleva más de cuarenta años dialogando y creando discurso artístico.  Sus vacas son una muestra sincopada de dos momentos personales y temporales diferentes relatados por el uso del color y la pincelada. Si bien en la década de los ochenta estos vacunos realizados sobre los cartones de la enciclopedia Espasa, muestra experimentación, ilusión y un intento de expresión ordenada de la psyché, las realizadas en el 2011 muestran complejidad, hermetismo y la pérdida de la ingenuidad. Son, a mi parecer, el relato de dos momentos de la historia: la efervescencia tras la represión y el escepticismo derivado de la explosión de la burbuja del bienestar. Esta última fase tiene su máxima expresión en los autorretratos situados en el cubo branco del Furancho, cuatro obras muy personales, situadas después de dos pinturas pertenecientes a la época en la que Amando, tras cinco años sin pintar, plasmaba lo que veía por la ventana.


Particular interés motivan sus acrílicos con carboncillo sobre lienzo. El 'Por la mañana' que incluye su recurrente taza de café, las manos del 'Saludo' y la 'Absolución', o la cabeza cortada sobre un plato son los pedazos de realidad vista por un Amando más joven; simples en forma pero complejos y cargados de significado.



Microfisuras y la libertad de exposición
El compromiso de Amando por contribuir en la creación de discurso artístico quedó comprobado con Microfisuras, una revista-libro de la que fue fundador y editor durante más de cinco años;  un periplo arriesgado que tuvo que terminar lamentablemente por la falta de financiación, y cuya última edición, como las vacas realizadas en el 2011, está teñida de negro, el chapapote de la marea del Prestige. Veinte números que contaron con colaboradores como Uxío Novoneyra, Raúl Eguizabal, Kevin Power, Jean Baudrillard, Francisco Jarauta, Ignacio Castro y tantos otros artistas y pensadores de nuestra era.
En la misma mesa en donde reposan los Microfisuras, podremos recorrer con la ayuda de los responsables del F.A.C. la biografía de Amando González. Los lugares en los que fue publicado y mencionado y aquellos que lo ignoraron. Incluso hay una agenda personal cargada de dibujos, de pedazos de intimidad. No me fue posible asistir al día de la inauguración por motivos laborales y por lo tanto no pude acudir a la charla que dio in situ el propio artista, en donde explicó los motivos que llevaron a la creación de sus obras. Sin embargo, dejo aquí mi impresión de lo que pude ver gracias a la hospitalidad de los peregrinos fac'ers.
Más piezas forman parte de esta síncopa de las obras de Amando, como las fotos que fueron proyectadas en el remolque refrigerador situado en el pedazo de monte tras la casa d'A Peregrina; una de ellas, según me dijo Ania González, muestra a Amando desnudo, en el suelo de su estudio, rodeado de numerosos cuadros de factura propia.
'Amando; A Pintura Toda; Unha Historia' formó parte de uno de los F.A.C. Express, y ya ha sido retirada, si os la habéis perdido no os quejéis, será por que no os lo habré avisado (colgaré más fotos en el facebook de culturadeseu). No obstante este inusual furancho sigue siendo una cita ineludible para los que echan de menos la libertad de exposición sin cortapisas.

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